Las inquietudes de Shanti Andía: 112

23/10/2009 1.073 Palabras

none Pág. 112 de 156 Las inquietudes de Shanti Andía - Libro quinto Pío Baroja Comenzaron a salir las lanchas pescadoras. Grité, pero iban demasiado lejos para que me oyesen; tampoco era fácil que me pudieran ver. Entonces me acordé del recurso que el atalayero solía emplear para comunicarse con los pescadores a gran distancia: el de hacer la ahumada. Me registré los bolsillos, tenía fósforos. Allí no había paja, pero sí zarzas. No quería gastar los fósforos en intentar encender hierbas demasiado húmedas, y fui cortando las zarzas y los hierbajos más secos con el cortaplumas, y los puse en una concavidad de la roca resguardada del viento. Esperé a que saliera el sol y secara un poco la maleza cortada. Intenté encenderla sin papel; no pude. Me registré los bolsillos. Guardaba unas cuantas cartas de Mary. Era indispensable, había que sacrificarlas. Encendí una, luego otra, y a la cuarta, una hermosa hoguera se levantó del peñasco. ¡Qué efecto más...

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