Los Apostólicos : 15

Los Apostólicos : 15 de Benito Pérez Galdós En tanto que esto pasaba en casa del vendedor de encajes, doña Jenara y Pipaón andaban atortolados por el ningún éxito de sus averiguaciones, y los días iban pasando y la sombra o fantasma que ambos perseguían se les escapaba de las manos cuando creían tenerla segura. El terrible democracio albergado en la Trinidad resultó ser el más inocente y el más calavera de todos, hombre que jamás haría nada de provecho fuera de las hazañas en el glorioso campo del arte; gran poeta que pronto había de señalarse cantando dolores y melancolías desgarradoras. No sabiendo cómo lo recibiría la policía, acogiose a los frailes Trinitarios por indicación de Vega, que en aquella casa cumplió seis años antes su condena, cuando el desastre numantino. Los empeños de su familia y amigos le consiguieron pronto el indulto, y decidido a ser en...

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