Los Apostólicos : 16

Los Apostólicos : 16 de Benito Pérez Galdós Mediaba el mes de Marzo cuando estas hablillas llegaron a su más alto grado de malicia. Jenara no recibía a nadie; pero no estaba enferma, porque a menudo se la veía en la calle o paseando en coche o visitando a personajes de alto copete. Un día se encontraron ella y Pipaón en la antesala de la Comisión Militar. Jenara salía, Pipaón entraba. Eran las cinco de la tarde hora excelente para el paseo en aquella estación. -Iba a su casa de usted -le dijo D. Juan-, para prevenirla del peligro que corre... -¡Yo! -exclamó la dama con gesto de orgullo-. ¿También yo corro peligro? -También. -¿Y por qué? -Salgamos de esta caverna, señora, que si en todas partes oyen las paredes, aquí oyen las ropas que vestimos, hasta la sombra que hacemos sobre el suelo. Vámonos. -¿Qué hay? -dijo la señora, extraordinariamente alarmada-. Quiero ver...

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