Los Apostólicos : 22

Los Apostólicos : 22 de Benito Pérez Galdós Habiendo ordenado los médicos que la enferma fuera a convalecer en el campo, D. Benigno empezó a preparar el viaje a los Cigarrales de Toledo donde él poseía extensas tierras y una casa de labranza. Extraordinario gusto tenía el héroe en estos preparativos por ser muy aficionado a la dulce vida del campo, al cultivo de frutales, a la caza y a la crianza de aves y frutos domésticos. Por su desgracia él no podía abandonar su comercio en aquella estación, y érale forzoso seguir en la tienda por lo menos hasta que pasase el Corpus, fiesta de gran despacho de encajes para Iglesia y modistería. Pero resignándose a su esclavitud en la Corte se deleitaba pensando en el dichoso verano que iba a pasar. Amaba la Naturaleza por afición innata y por asimilación de lo que había leído en su autor favorito y maestro. Así nada le parecía tan de perlas...

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