Los Apostólicos : 26

Los Apostólicos : 26 de Benito Pérez Galdós Deseoso de que su dicha fuera realidad dentro del más breve plazo, D. Benigno arregló sus papeles y pidió los de Sola que estaban en un pueblo del reino de León. Entretanto que venían aquellos malhadados documentos, sin los cuales no es posible encender cristianamente la antorcha de Himeneo, los futuros cónyuges vivían en intimidad honesta y dulce, en una especie de luna de miel de la amistad, en pleno reinado de la paz doméstica, cuyos encantos se multiplicaban con la deliciosa existencia campesina. Los días pasaban empujándose suavemente unos a otros y cada uno de ellos tenía sobre sus propias alegrías la esperanza de las alegrías del siguiente. Nunca faltaba una operación de labranza, un paseo al monte, una merienda en las praderas del río, y nunca como en aquellas gratas ocasiones se le venían a la memoria al buen Cordero los pensamientos del...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información