Los Apostólicos : 31

Los Apostólicos : 31 de Benito Pérez Galdós -Se ha fijado la gota en el pecho... -Así parece. -Peligro inminente... ¡muerte! -El Señor lo dispone así... El que tal dijo (y lo dijo con el aplomo del que está en los secretos de Dios y mantiene relaciones absolutamente familiares con Él) era un anciano corpulento, recio y hasta majestuoso, vestido de luengas ropas moradas. Parecía la efigie de un santo doctor bajado de los altares, y así sus palabras tenían una autoridad semi-divina. Hablaba dogmáticamente y no admitía réplica. Era obispo y aragonés. Su interlocutor vestía también ropas talares pero negras, sin adorno alguno ni preciadas insignias. No parecía tener más de treinta y cinco años y se distinguía por su hermosura como el obispo de León por su apostólica majestad. Era el Padre Carranza, prepósito de los Jesuitas, hombre listo si los hay, y además de...

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