Los Apostólicos : 34

Los Apostólicos : 34 de Benito Pérez Galdós Al llegar aquí, el narrador no puede contener el asombro que le produce el peregrino suceso que va a referir, y deteniendo su relato, exclama: ¡Oh admirables designios de la Providencia!, ¡oh vanidad de los cálculos humanos!, ¡oh peligro de jugar con las cosas del Cielo, eslabonándolas con los apetitos e intereses de un bando político! De este modo el ánimo del lector queda perfectamente dispuesto para saber que Dios Todopoderoso, que sin duda tenía a D. Carlos en más estimación que al partido apostólico, atendió al ruego que con amor fraternal y piedad cristiana le dirigió este; y así dispuso que Fernando, ya casi muerto, tornase a la vida, dando al traste con las esperanzas de lo que el obispo de León llamaba el partido del Altísimo. De este modo el Padre de todas las cosas abandonaba a su grey en lo mejor de la pelea, seguido de la...

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