Los Apostólicos : 4

Los Apostólicos : 4 de Benito Pérez Galdós Cuando Sola se vio junto a ella tuvo que disimular su espanto, viéndose obligada a recibir el saludo de la dama y a devolverlo cortésmente. Después hablaron las dos de lo bonita que estaba la carrera, de la hermosura del tiempo, de los dichos y hechos que se contaban de la reina Cristina y del excesivo número de personas que había en casa de Bringas, las cuales rebosaban por los balcones como guindas en cesta. Ocupada la mejor parte de los balcones por las señoras, los hombres poco o casi nada podían ver. Cordero paseaba de largo a largo por la sala, charlando con su amigo D. Francisco Bringas de cosas sustanciosas y muy importantes, como la paz entre Rusia y Turquía, la cuestión de Grecia, que pronto iba a ser reino independiente, y las tristes nuevas que habían llegado de la expedición americana, deshecha y rota en Tampico, con lo que parecía terminada nuestra...

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