Los Cien Mil Hijos de San Luis : 21

Los Cien Mil Hijos de San Luis : 21 de Benito Pérez Galdós Se fueron y yo me quedé. Las lágrimas que antes no habían querido salir de mis ojos brotaron a raudales, abrasándome las mejillas. No podía dejar de pensar en la hipocritona, que corría por los campos desiertos, lanzada por mí al interminable viaje de la desesperación; pero lejos de tenerle lástima, aquel recuerdo avivaba mi hondo furor, haciéndome exclamar: -¡Me alegro, mil veces me alegro! ¡Cuán grande había sido mi castigo! Para que este fuera más evidente, fui condenada por Dios al mismo suplicio de viajar buscando a una persona amada, al martirio indescriptible de correr un día y otro día como el que huye de su sombra, siempre impaciente, siempre anhelante, precipitada siempre de la esperanza al desengaño y del desengaño a una nueva esperanza. Porque sí, yo emprendí también el viaje a Andalucía...

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