Los Miserables: III.8.2

Los MiserablesTercera parte: "Marius"Libro octavo: "El mal pobre"Capítulo II: Una rosa en la miseria de Víctor Hugo Ante él se encontraba una muchacha flaca, descolorida, descarnada; no tenía más que una mala camisa y un vestido sobre su helada y temblorosa desnudez; las manos rojas, la boca entreabierta y desfigurada, con algunos dientes de menos, los ojos sin brillo de mirada insolente, las formas abortadas de una joven, y la mirada de una vieja corrompida; cincuenta años mezclados con quince. Uno de esos seres que son a la vez débiles y horribles, y que hacen estremecer a aquellos a quienes no hacen llorar. Un resto de belleza moría en aquel rostro de dieciséis años. Aquella cara no era absolutamente desconocida a Marius. Creía recordar haberla visto en alguna parte. - ¿Qué queréis, señorita? -preguntó. La joven contestó con su voz de presidiario borracho: - Traigo una carta para vos, señor Marius. Llamaba a Marius por su nombre, no podía dudar que era a él...

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