Los vinos

LOS VINOS Negroni, Manhattan, Martini. «Noé plantó una viña. Bebió el vino, se emborrachó, y quedó desnudo en medio de su tienda». Con este escueto lenguaje, y en dos líneas, la Biblia nos cuenta, siguiendo la tradición hebrea, la invención del vino, y la primera borrachera. Si la alimentación pertenece a los dominios del instinto y de la necesidad, por más que hayamos convertido su elaboración en un arte y su consumo en un rito, el vino pertenece por entero al ámbito de la libertad y de la fiesta. El vino no es indispensable, ni fuera ni dentro de las comidas (aunque autoridad tan alta como la de san Pablo se lo recomendaba con las comidas a su amigo Timoteo, por razones de salud que siguen siendo válidas). Pero sin vino una comida no es todavía una celebración, una fiesta. Así, la crianza de los vinos se ha convertido en un arte que sólo dominan, a fuerza de experiencia (transmitida casi siempre a lo largo de una misma familia durante generaciones) y a fuerza...

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