Memorias de la casa de los muertos. Cap VII - Angustias y prejuicios

Al comenzar el presente capítulo, el editor de este libro, escrito por el hoy difunto Aleksandr Petróvich Goriánchikov se cree obligado a hacer una advertencia a los lectores: En el primer capítulo de La Casa de los Muertos, se hace mención de un parricida, noble de nacimiento, presentado como ejemplo de la insensibilidad y despreocupación con que los forzados hablan de los crímenes que han cometido. Decíase también que este individuo había negado terminantemente ser el autor del horroroso delito que se le imputaba, que sostuvo obstinadamente su inocencia ante los tribunales y que fue, no obstante, condenado porque las declaraciones de numerosos testigos demostraron su culpabilidad hasta la evidencia. Caritativas personas fueron también las que contaron al autor de La Casa de los Muertos que dicho delincuente era un individuo de vida disoluta, agobiado de deudas y desalmado que asesinó a su padre con el único objeto de entrar cuanto antes en posesión de su herencia. Por...

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