Mendizábal : 14

Mendizábal : 14 de Benito Pérez Galdós También el bueno de Calpena durmió mal, a causa de los sobresaltos de su amor propio, que aquella noche, al volver de la oficina, había sufrido nuevos golpes. La última carta de la mano oculta revelaba un espionaje fastidiosísimo. Era en verdad humillante no poder dar paso alguno de que no tuviera conocimiento la persona que le protegía. Cierto que agradecía la protección; pero habríala estimado más, si no significara para él la pérdida de toda la libertad. Al día siguiente, el anónimo corresponsal mostró detallado conocimiento de cuanto al señorito le había ocurrido en la oficina: le reprendió por la compañía del tísico Serrano; le incitaba a frecuentar menos los cafés y más la sociedad, pues en aquellos adquiriría hábito de grosería y desparpajo, y aprendería en ésta la finura y distinción...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información