Montes de Oca : 5

Montes de Oca Capítulo V de Benito Pérez Galdós Al día siguiente de este suceso recibió Ibero orden de partir para Valencia, conduciendo cuatro compañías de Borbón y dos de San Fernando. Las únicas personas que de política le hablaron el día de su partida fueron los inseparables Milagro y D. Bruno, sin que ninguno de los dos obtuviera de él ninguna referencia de la misteriosa reunión del Postigo de San Martín. Medroso, turbado por la visión continua de graves disturbios, el manchego se mostraba pesimista, con más ganas de volver al terruño que de continuar en Madrid su inútil via-crucis de oficina en oficina. En cambio, D. José soñaba despierto con una revolución pacífica y absolutamente limpia de sangre, que nos trajera la justicia y el reinado de la honradez; jarana filosófica, ante la cual habrían de prosternarse todos, reconociéndola buena, eficaz y definitiva, como principio de una era de perdurable ventura. «Este país se gobierna con una hebra...

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