O'Donnell : 29

O'Donnell Capítulo XXIX de Benito Pérez Galdós Salvó a Beramendi de aquel sofoco Cándido Nocedal, que fue a dar sus plácemes a don Serafín por la feliz aprobación del convenio de paces, y tuvo que aguantar los abrazos con salpicadura de lágrimas efusivas. El ex-ministro reaccionario no había contribuido poco a domar la testarudez socobiana, desmintiendo en aquel caso, como en otros de la vida privada, el rigor de sus principios dogmáticos. En el comedor, todo era luz, animación y alegre bullicio. Valeria se derretía con los finos galanteos de Manolo Tarfe, y afectaba sorpresa burlona cuando el caballero hacía descaradas alusiones a los flamantes amoríos de ella con Pepe Armada... Beramendi cogió al vuelo estas frases. «¡Qué tonto, qué malo!... Con usted no hay reputación segura». Y en el otro corrillo oyó a don Saturno: «Querido Guisando: eso que usted dice es un insulto a la Divina Providencia, y una burla de los designios del Altísimo. Porque el...

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