Ofrenda de rosas

Ofrenda de rosas de Humberto Fierro A Arturo Borja Recuerdo que te hallé por mi camino como un Verlaine aún adolescente, ¡y daba el signo de un fatal destino tu alma de estirpe lírica y ardiente! Y ambos fraternizamos; que tus rosas para todas las almas entreabrías, ¡haciéndote en las horas humildosas dueño de todas las melancolías...! Quién volviera a tus ojos, en ofrenda, la vida humilde que suspira y canta, como el Rubí de manos de leyenda que antaño dijo a Lázaro: ¡Levanta! Evoco el sueño juvenil de un día que, en el Claustro del Arte bien sentido, matamos la viril hipocrecía, y laboramos lentos el gemido. Y ahora la luna de tu sistro agrestre, al visitar nuestro santurario frío, da su color de lágrima celeste en el cristal de tu crisol vacío... ¡Adiós, fuente de lánguido quebranto!, que volvías un Fénix mi rosal, ¡encantando las rosas sin encanto cuando el encanto huía con el mal! ¡Adiós, fuente de lágrimas cantoras que halagaron el...

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