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15/03/2011 505 Palabras

Corregido de cierta guirnalda mal grabada que le servia de adorno, la punta de un clavo trabadero, y después de haber dado seis vueltas á una llave especial, y de soltar cuatro candados, se dejaba abrir por la parte superior, mostrando entónces, por entrañas, montones de talegas repletas de oro y cartuchos de todas clases de monedas, menos de cobre, pues éstas yacian en saquillos de arpillera, dentro de la mazmorra si, pero fuéra de la caja. Por todo adorno en las paredes del escritorio un Plan de matriculas, otro de Señales de la Atalaya, una cuartilla de papel con los Dias de correo á la semana, y una percha de cabreton. Añádanse á estos detalles media docena de sillas de perilla arrimadas á los gruesos muros de la caja, y paren ustedes de contar. La banqueta forrada la ocupaba D. Apolinar y la inmediata su amanuense, á cuyo cargo se hallaban también el copiador de cartas y el de letras, más la presentación y cobro de éstas, sacar el correo, abrir y cerrar el...

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