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Corregido 164 LXXVIII LLUVIA DE ARENA Corán II 66, V 83, IX 32, LXI 18. [1] Si Dios escatimándonos la lluvia nos hurta el agua de frescura llena, es para que del páramo la arena usemos en bautismo; arena rubia cual la que azota en la abrasada Nubia el simún. Es el Sol el que almacena la fé de fuego ardiente en nuestra vena, y nos da un arenal por cada zubia. ↑ Ver explicación en Epílogo y notas.
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