Renacimiento

Las nuevas estructuras políticas del quattrocento

El costoso centralismo del Imperio Romano Germánico y de Francia inició una crisis política que generó nuevos Estados o la confirmación de otros: en el Este europeo, Bohemia, Lituania, Polonia y Hungría, con dinastías propias, como los Jagellon (Polonia), los Prodebrady (Bohemia) o los Corvino (Hungría). En el Oeste, el cantonalismo suizo persistió en su antigua lucha contra la hegemonía de la Corona francesa. En Inglaterra, en 1485 accedieron al trono los Tudor, mientras Portugal asumía el papel de pionero de los descubrimientos geográficos enviando sus naves a lo largo del desconocido y peligroso litoral africano. En la Península Ibérica, Castilla y la Corona Catalano-Aragonesa se unían bajo los Reyes Católicos (1479), quienes en 1492 culminaban el proceso fundacional de España con la toma de Granada a los árabes, al tiempo que arriesgaban en favor de Cristóbal Colón y sus proyectos de adentrarse por el Atlántico en busca de las Indias.

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