República de Irlanda

Desde el punto de vista demográfico, la República de Irlanda constituye un caso excepcional, ya que su población disminuyó sistemáticamente desde el número más alto de habitantes de su historia alcanzado en 1845 (8 500 000), al mínimo histórico de 1961 (2 818 000). Posteriormente la población se ha recuperado ligeramente. Entre las causas que explican dicho fenómeno demográfico, la principal es la emigración, que afecta en gran medida al país desde hace varios siglos, y cuyas cifras han superado ampliamente el crecimiento natural de la población. El irlandés emigra a causa de la falta de puestos de trabajo, para huir de la miseria, consecuencia de la pobreza de la isla, o por los contactos frecuentes con los parientes emigrados, que alimentan el deseo de marchar a otras tierras. Hasta 1920, el destino principal de los emigrantes fue EE UU, seguido de Canadá y Australia; desde entonces, los que parten se dirigen ante todo al Reino Unido. Dado que la emigración femenina sobrepasa a la masculina, Irlanda se encuentra entre los pocos países del mundo en que el número de hombres es superior al de mujeres. Además, la emigración ha tenido múltiples consecuencias demográficas. Por ej., el país registra uno de los índices de nupcialidad más bajos del mundo, en parte a causa de que la emigración afecta principalmente a los jóvenes en edad de contraer matrimonio; también tiene una gran incidencia en ello la frecuencia del celibato, tanto religioso como laico. Sin embargo, a pesar de la escasez de matrimonios, la tasa de natalidad es la más alta de Europa occidental, lo que se atribuye a motivos religiosos. Por su parte, la tasa de mortalidad se mantiene alta, como consecuencia del gran número de personas mayores que componen la población. El escaso número global de habitantes se refleja en las bajas densidades registradas en todo el país, a excepción de los condados de Dublín (más de 1 000 h/km²) y Lughbhadn (Louth) (111 h/km²); las áreas menos pobladas se encuentran al O. del río An tSionna (Shannon), donde se localizan las regiones más pobres. La población urbana representa un 57 % de la total, y se concentra, en su cuarta parte, en la aglomeración de Dublín, la ciudad más importante del país, con más de un millón de hab. Además de ella, un solo núcleo urbano supera los 100 000 hab.: Corcaigh (Cork). Las restantes ciudades son pequeñas y de escasa importancia. La población rural vive en casas aisladas o en aldeas de menos de 200 habitantes.