Sancho Saldaña: 34

Capítulo XXXIV 34 Pág. 34 de 49 Sancho Saldaña José de Espronceda ¡Adiós!... exclama la encendida mora bañando en llanto la cadena dura, ¡adiós!... que siempre el corazón te adora aunque hiciste nacer mi desventura: cadalso horrible, hoguera destructora prepara el fanatismo a mi ternura... Por ti perdí mi patria y mi inocencia, ¡por ti pierdo la mísera existencia!... RAFAEL GONZÁLEZ CARVAJAL Hay un campo fuera de Valladolid que llaman el Campo Grande, que sirve hoy de paseo a las gentes de aquella ciudad, y donde se cuentan hasta catorce edificios... o conventos, puesto que todavía a ciertas gentes les parecen pocos, por aquel dicho sin duda de que nunca lo bueno fue mucho. Pero dejando esto aparte (que a fe mía que el que quiera frailes, en España no ha de llorar por ellos), seguiremos el hilo de nuestro cuento, si es que lo tiene tan enmarañada madeja, y veremos de poner nuevamente en la escena algunas personas que probablemente no...

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