Sancho Saldaña: 48

Capítulo último 48 Pág. 48 de 49 Sancho Saldaña José de Espronceda ¡Dulce, voluptuosa remembranza! ¡Completa, satisfecha, y más hermosa que del cielo el azul, es mi venganza! DON LUIS USOZ Y RÍO Brilló en fin el día tan deseado de Saldaña, tan triste para Leonor y tan aborrecido para el de Iscar. El sol, en todo su esplendor, iluminaba el terso azul de la esfera, y la apacible brisa de otoño, bañada en luz, derramaba nueva vida a los campos, y la tierra parecía estar acorde aquel día con el cielo, y al par que el horizonte amanecía sereno y sin una nube, mil señales de júbilo y regocijo, cantos de alegría, son de campanas, músicas, danzas, alegraban la ciudad de Cuéllar, su tétrico castillo y sus ateridos contornos, porque era el día feliz en que Sancho Saldaña iba a tomar a Leonor por esposa, en que la paz debía renacer en su alma, hasta entonces tan agitada de tantos remordimientos y agobiada de tantas penas, y el rey y el...

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