Si quise, si adoré, ¡qué error terrible!

Si quise, si adoré, ¡qué error terrible! de Lope de Vega Soneto XCI    Si quise, si adoré, ¡qué error terrible!, hermosura mortal, ¿cómo ignoraba la tuya celestial, pues me enseñaba lo invisible, Señor, por lo visible?    Tu gloria, eterno Dios, incorruptible, cuando ídolos humanos fabricaba, como gentil y bárbaro trocaba en imagen del hombre corruptible.    ¡Ay, Dios, y cuán escuro que tenía entonces mi turbado entendimiento, sin ver la luz en la mitad del día!    ¿Qué excusa te dará mi entendimiento? Pero con tu piedad la más tardía halla en tu pecho dulce acogimiento. Sonetos de Félix Lope de Vega y Carpio A Baco pide Midas que se vuelva - A las ardientes puertas de diamante - Adonde quiera que su luz aplican - Águila, cuyo pico soberano - Amor, no se engañaba el que decía - Ángel, a gran peligro os arrojastes - Ángel divino, que en humano y tierno...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información