V. El Gran Objetivo. Reims

AL día siguiente, 19 de junio, Juana llegó a Orleáns, donde fue objeto de una apoteósica recepción. El pueblo estaba enardecido. La noticia de que los ingleses habían sido aplastados en el bosque de Patay parecía confirmar el beneplácito de Dios. Juana ya no era una aldeana, no, era la heroina de Orleáns. Al calor de la fiesta se llegó a perder de vista la dura realidad. Aunque contundente, la victoria de Patay no bastaba. Había sido, por así decirlo, un triunfo local, cuya repercusión en el futuro podría ser insignificante. En realidad, quedaban muchos obstáculos en el camino de Juana. Los habitantes de Orleáns la hubieran seguido a cualquier parte ese día. Algunos soñaron con una marcha triunfal hacia Reims, con el delfín a la cabeza. Pero no hubo tal.