VI. Dos pinturas mundialmente famosas

La Virgen de las Rocas

Por otra parte, en Milán entró en contacto con la familia de los Predis, artesanos y artistas que gozaban de gran prestigio. Por medio de ellos consiguió la parte central de un retablo de grandes proporciones, cuyas tablas laterales se reservaba Ambrogio de Predis. Según el contrato firmado, Leonardo se comprometía a ejecutar por cien ducados una tabla en la que apareciesen la Virgen con el Niño y dos profetas, pero lo que hizo fue una reproducción, con algunas variantes, de una obra que había pintado en Florencia y que figura en los catálogos con el nombre de La Virgen de las Rocas.

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