VIII. La llamada del mar

Tres meses en Venecia

El ambiente de Milán, a partir de la caída del ducado en poder de Luis XII de Francia, era de intranquilidad; se temía, por un lado, la amenaza de los ejércitos españoles que hacían la guerra a Francia y, por otro, las asechanzas de Ludovico el Moro, ansioso de volver a Italia. Por otra parte, Constantinopla deseaba someter a su rival cristiana, Venecia, sobre todo ahora que Ludovico denunciaba la desunión de los cristianos y la posibilidad de sorprenderla sin aliados poderosos…

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