X. El color se oscurece

Tensión y convivencia

Los Van Gogh recibieron a su hijo lo mejor que pudieron. Por todos los medios debían tratar de entenderse. Era evidente —y Vincent no podía llamarse a engaño— que la convivencia no sería fácil. El pastor Theodorus escribió a Théo: «Puedes creer que con verdadero valor emprendemos esta nueva experiencia; nos proponemos dejarle entera libertad en lo concerniente a su singular manera de vestir. La gente de aquí le conoce ya; es lamentable que no se muestre más conciliador, pero el hecho es que él es así y no se le puede cambiar.»

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