X. La Suma Teológica: el saber teológico

Un género literario

En el presente capítulo tratamos de presentar la obra cumbre y de creación personal del Doctor Angélico: La Suma Teológica. En ella podemos admirar mejor esa síntesis a la que hemos aludido repetidas veces en este libro. Síntesis de razón y fe, del pensamiento pagano y cristiano. Y sobre todo, elaboración del pensamiento y doctrina cristiana. La Suma Teológica representa el punto de partida más sólido y genial para el estudio razonado y sistemático del pensamiento y vida cristianos.

Al estudiar las Universidades del siglo XIII, vimos la importancia que tuvieron los manuales de texto sobre los que el maestro impartía o desarrollaba su lección. Durante los siglos XIIy XIII, estos textos comenzaron a llamarse sentencias. Eran colecciones de autoridades de los Padres, más o menos ricas y ordenadas, que servían de base, principalmente, a los expositores de la Escritura. Se llamaban también Flores, Excerpta, Catenae. El mismo Pedro Lombardo, llamado el de las Sentencias por haberse impuesto su Libro de las Sentencias sobre los demás textos, nos dice en el prólogo de dicho libro: «Ha reunido en un breve volumen las sentencias de los Padres en sus propios términos, para que el interesado no necesite consultar varios libros».

Pero la evolución científica y académica fue dejando poco a poco las sentencias —que exponían el pensamiento ajeno— para aceptar las explicaciones doctrinales de los maestros. Aparecieron nuevos manuales en los que sí se daba cabida a las sentencias u opiniones ajenas— de las Escritura, de los Padres, autoridades, etc.—, pero se atendía más al razonamiento o discurso del autor. Tales fueron las summas. Las summas están informadas de un poderoso espíritu de síntesis. Son obra de creación personal de un maestro. Han sido llamadas las catedrales de la escolástica, perfectamente asentadas en sólidas bases y soberbiamente elevadas a las alturas.

Durante la segunda mitad del siglo XIII empiezan a imponerse las summas, que van desplazando a las Sentencias. Hay summas de todo tipo. Podemos decir que son como las enciclopedias particulares sobre los diversos saberes. «Hice este compendio de la Sagrada Escritura —dice Honorio de Autún—, y por eso me pareció bien llamarla Suma de todo, puesto que en ella parece que se recoge sumariamente la serie de toda la Escritura.»

Sabemos que Santo Tomás escribió la Summa Theologiae y la Summa Contra Getiles. ¿Qué sentido tenía para Santo Tomás y para los teólogos de su tiempo la palabra Summa Thologiae: Una explicación breve, completa y ordenada de todas y cada una de las partes de la doctrina católica. En el prólogo de la Summa Theologiae nos dice Santo Tomás lo que pretende: «Exponer breve y claramente las cosas que pertenecen a la sagrada doctrina».

En el mismo Santo Tomás vemos una evolución de las sentencias a las sumas. Publicó dos comentarios al libro de Las sentencias de Pedro Lombardo. Se da cuenta enseguida que lo que él quiere es otro estilo, otro método y otro contenido para una obra de teología.

Así empieza a escribir —como vimos— la Summa Theologiae en el convento de Santa Sabina de Roma y en Viterbo (1266-1267). Trabaja en ella durante ocho años sin poder terminarla. Es su preocupación especial durante los años vividos en Roma, Viterbo, París y Nápoles (1266-73). En esta última ciudad se declara incapaz de concluir su obra. «No puedo» —le dice a Fray Reginaldo—. «Después de lo que Dios me ha revelado de sus misterios de vida eterna, todo cuanto he escrito me parece paja. Y más vale prepararse a recoger la gran cosecha de grano de la vida que Dios me tiene reservada.» Había llegado hasta la cuestión 90 de la Secunda secundae.

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