XIV. Perfiles Humanos de una Figura

SOBRE las rarezas de Lincoln hay cientos y cientos de anécdotas. He aquí una, recordada en New Salem, de sus tiempos juveniles. Respondía a alguien que le había pillado mascullando con un libro entre las manos. «No me quedaré tranquilo hasta que mis pensamientos no hayan dado una vuelta completa: norte, sur, este y oeste.» La clarividencia de Mary Todd sobre las posibilidades reales de su marido las resume esta frase crítica hacia la figura desgarbada y ruda del que ya es Presidente: «Si yo no hubiese creído esto, no me habría casado con él, pues ya puede usted ver que no es precisamente un dechado de hermosura». El noviazgo de Lincoln fue tormentoso, como luego lo sería su matrimonio. «Abe» llegó a escribir una carta, que enseñó a su amigo Speed, en la cual, repitiendo un tanto su conducta anterior con Mary Owens, la novia de la que «consiguió» calabazas, manifestaba no estar suficientemente enamorado para proseguir las relaciones. Speed, que esta vez no acababa...

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