XV. Epilogo de la Tragedia

Introducción

Che Guevara con Fidel Castro en un cartel situado en la plaza de la Revolución de La Habana.

ALLÍ está el «Che»: agazapado en la maleza del territorio de Santa Cruz. Ahora que las tropas perseguidoras lo saben, cambia el significado del combate: dominar a la guerrilla resulta secundario ante el objetivo fundamental de acabar con el «Che»; porque aunque la guerrilla fuese aniquilada, si pervivía el «Che», la guerrilla rebrotaría; en cambio, terminar con el «Che» significaba el fin de la guerrilla. Por eso, las patrullas peinan ahora el terreno metro a metro; no se trata de sacar a las fuerzas guerrilleras de su escondrijo, sino de impedir que un hombre se pueda filtrar entre las mallas.

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